El lanzamiento más reciente de Eau d’Italie -descrito por la casa como un floral empolvado- fue inspirado por las bellas y glamorosas huéspedes que solían alojarse en el exclusivo albergo Le Sirenuse en los años 1950s y 1960s. La fragancia, llamada Un Bateau pour Capri (alude a las lanchas Riva que los huéspedes del hotel abordaban para dirigirse a la cercana isla) fue compuesta por Jacques Cavallier.
Algo confundida por el rótulo de floral empolvado, estaba esperando…bueno…polvo…y en cantidades inconfesables. Mi sorpresa no fue pequeña cuando desde mi frasquito me saludó un luminoso floral frutado.
Confieso que no soy la fan más grande de esta categoría: los florales frutados a menudo huelen excesivamente sintéticos y azucarados, como si pusieran demasiado empeño en tratar de complacer y alegrar. Pero, a veces, una ejecución impecable puede lograr que me guste e incluso encante algo de lo que normalmente huiría y Un Bateau Pour Capri es el ejemplo perfecto (experimenté algo similar una vez cuando, ante la performance de la actriz Elena Roger, olvidé mi habitual aversión por los musicales).
Menos polarizante que otras propuestas de la casa, Un Bateau pour Capri es amigable, pero está lejos de los clichés de su género: nada huele remotamente sintético o empalagoso en este eau de parfum. La peonía, apretadamente entretejida con fresia y Rosa Centifolia, se ve acariciada por pinceladas frutadas de durazno y delicados toques acuáticos. El perfume tiende un suave velo empolvado y almizclado sobre la piel, pero de manera mucho más notoria en la ropa. Voilà! Chic alegre y relajado.
Si Eau d’Italie (la fragancia) huele como un paseo sobre las baldosas de terracota calentadas por el sol de Positano y Jardin du Poete mágicamente conjura la esencia de la Neapolis en Siracusa, entonces Un Bateau pour Capri captura -con la sutileza de una pintura a la acuarela- la vigorizante brisa, las flores y el resplandor del sol de la costiera amalfitana.
Caro
Origen de la muestra: muestra gentileza de Eau d’Italie
Eau d’Italie Un Bateau pour Capri – La dolce vita
The latest release from Eau d’Italie -described by the house as a powdery floral- was inspired by the glamorous and beautiful guests that used to stay at the exclusive albergo Le Sirenuse in the 1950s and 1960s. The fragrance, named Un Bateau pour Capri (it alludes to the Riva speedboats the hotel guests would board to head off to Capri) was composed by Jacques Cavallier.
Somewhat misguided by the powdery floral label, I was expecting…well… powder …and heaps of it. My surprise was not small when I opened my vial and was greeted by a luminous fruity floral instead.
I admit I am not the biggest fan of this category: fruity florals often smell excessively synthetic and sugary, as if they were trying too hard to please and cheer up. But, sometimes, flawless execution can make me like or even love something I would normally run away from and Un Bateau Pour Capri is the perfect example (I had a similar experience once, when watching actress Elena Roger on stage made me forget my usual dislike for musicals).
Less polarizing than other offerings from the house, Un Bateau pour Capri is amicable but far from the clichés of its genre: nothing smells remotely synthetic or cloying in this eau de parfum. Peony, tightly interwoven with freesia and Rosa Centifolia, is caressed by fruity brushstrokes of peach and delicate aquatic hints. The fragrance leaves a soft musky powdery veil on the skin, but most notably on clothes. Voilà! Joyful, effortless chic.
If Eau d’Italie (the fragrance) smells like a walk on the sun-warmed terracotta tiles of Positano and Jardin du Poete magically evokes the scent of the Neapolis in Syracuse, then Un Bateau pour Capri captures -with the subtlety of a watercolor painting- the invigorating breeze, sunshine and flowers of the costiera amalfitana.
Caro
Origin of sample: Sample courtesy of Eau d’Italie
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