“La crème de la crème” entre los ingredientes vegetales para perfumería es sin lugar a dudas el lirio de iris. No sólo por ese característico aroma intenso y apolvado -tan buscado y apreciado por los perfumistas del Renacimiento- sino también por su escasez y por todo el costoso proceso de extracción y conservación que hay detrás.
Así que bautizar a una fragancia con el nombre de Iris (2010) es bastante ostentoso: promete, como mínimo, ingredientes de lujo. En el caso de este eau de toilette femenino de la marca Crabtree & Evelyn, nos topamos con un verdadero hallazgo. Resulta sorprendente el hecho de que una marca especializada en artículos de tocador se haya puesto este desafío (y creo que lo supera airosamente).
Lo primero que olemos es un oscuro acorde, bastante amargo y punzante, compuesto por arándanos y bergamota. De un segundo al otro, aparecen las notas florales de violeta dulce como preámbulo de la llegada de Su Majestad: la flor de iris, la cual oscila entre olor a zanahoria y “labial de la abuela”.
Sin embargo, el corazón real de la composición es el orris. Este es el nombre de la raíz del lirio de iris, y como tal aporta matices terrosos y húmedos. Luego la madera de sándalo, el patchouli y el vetiver ayudan a que Bella Towse -la creadora- logre evocar la imagen de un jardín florido y perfumado, mojado por la lluvia.
Imagino que una brisa fresca en el rostro trae ese perfume y me envuelve. El sonido de los grillos se escucha de fondo mientras observo cómo se asoma la primera estrella en el horizonte. Es un pleno anochecer violáceo de verano.
Virginia
Origen de la muestra: regalo por compra en perfumerías Narcisse, Taormina.
Nota: la versión original de esta reseña fue publicada en el blog Notas & Acordes el 12/04/12.