Cuando se toma distancia de algo, uno puede apreciar sus partes más lindas y también las menos. A veces ese objeto es percibido con nostalgia a través de un matiz romántico. Esos sentimientos añaden una dimensión extra a la experiencia de volver a casa.
Estuve viviendo lejos de mi país –Argentina– por casi un año y medio, pero el pasado 28 de diciembre volví por unos días. Luego de un largo viaje de 20 horas, con mi esposo arribamos a la ciudad de Buenos Aires. Los tan conocidos tangos “Mi Buenos Aires Querido” y “Volver” inevitablemente vinieron a mi mente y a mi boca (sí, resulté ser un real y completo cliché argentino).
Buenos Aires en verano huele a espresso, medialunas, concreto -muy- caliente, tilos en flor, tuberosas, smog y vapor. Pero después de mi visita a Caro, hubo una revolución olfativa desarrollándose en mi cabeza: ¡ambas teníamos un montón de perfumes para compartir la una con la otra! Por supuesto, un sólo encuentro no fue suficiente para lograr ese cometido.
El fin de semana fuí a mi ciudad natal, Madariaga, provincia de Buenos Aires. Es un lugar muy tranquilo, rodeado de apacibles parajes rurales. En mi memoria lo conecto con el aroma de la yerba mate, el jazmín del país (Jasminum Officinale), los eucaliptos, la madera de pino, brasas, pasto y tierra negra.
Me encanta viajar, conocer otros lugares, otra gente y sus culturas. Pero puedo afirmar que cuanto más tiempo uno pasa lejos de su país, más fuerte se siente la conexión con las propias raíces.
Virginia
Olfactive tour in Argentina – Home sweet home
When one takes distance from something, she can appreciate better its brightest parts but also the dark ones. Sometimes that object is perceived with nostalgia through a romantic lens. Those feelings bring an extra dimension to the experience of coming back home.
I’ve been living away from my country –Argentina– for almost a year and a half . This past December I returned for a few days. After a 20 hour long trip, my husband and I arrived in Buenos Aires city. The popular tangos “Mi Buenos Aires Querido” and “Volver” inevitably popped up in my mind and my mouth (yes, I’m a real Argentinian cliché!).
Buenos Aires in Summer smells like espresso, medialunas (a kind of Argentinian croissants), very-hot concrete, linden blossom, tuberoses, smog and steam. But after my visit to Caro, there was a fragrance revolution going on in my head: we had a lot of perfumes to share with each other! Of course, one meeting wasn’t enough for that.
On the weekend I went to my native town, the city of Madariaga, in the province of Buenos Aires. It’s a quite place, amidst a peaceful rural landscape. In my mind it’s connected with the aroma of yerbamate, jazmín del país (Jasminum Officinale), eucalyptus, pine wood, embers, grass and black soil.
I really love traveling, getting to know other places, different people and their cultures. But I can affirm the more time you spend away from your country, the stronger connection you feel with your roots.
Virginia