Hay perfumes que definitivamente encuentran su lugar puertas adentro. Otros, en cambio, son aptos y placenteros para disfrutar de un día de campo o -incluso- para sustituírlo.
Ormonde Jayne Ormonde Woman Un paseo por un bosque mágico al caer la noche. Ligeros matices de violeta y jazmín endulzan el verdor.
Chanel Les Exclusifs Bel Respiro Briznas de hierba y flores. Un idílico fin de semana en una casa de campo.
Eau d’Italie Jardin du Poete El olor de un jardín siciliano capturado en una fragancia hiperrealista. La nota de siempreviva suma un toque agreste.
Serge Lutens Fille en Aiguilles Resinosas agujas de pino y humo de incienso evocan una fogata en un bosque de coníferas.
Heeley Menthe Fraiche Simple y fresco, como el olor que queda entre los dedos luego de estrujar hojitas de menta. Su aroma nos alivia también cuando tenemos dolor de cabeza.
Hermes Un Jardin en Mediterranee Madera y hojas de higuera, azahar y oleandro. Un mediodía en el sur de Francia.
Les Parfums de Rosine une Rose au Bord de la Mer Un paseo por una playa desierta en primavera. El aroma de las rosas flota en la brisa salada.
Amouage Memoir Man La travesía de un bosque oscuro. Nuestros pies, calzados con botas de cuero, se hunden en el suelo húmedo y musgoso.
Sisley Eau de Campagne El equivalente a rodar en el pasto recién cortado (especialmente en su versión gel de ducha). Jean Claude Ellena en su apogeo.
Annick Goutal Ninfeo Mio La fragancia de un parque húmedo y verde, verde; agua de arroyo e higueras. El jardín del Edén.
Virginia y Caro