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L’Or de Torrente – Dulzor de alta costura

foto: Frommers.com - Comedor de estilo Belle Epoque de Le Train Bleu en la Gare de Lyon, París

foto: Frommers.com – Salón del restaurant Le Train Bleu en la Gare de Lyon, París

Este es uno de esos perfumes envueltos en un halo de misterio y que dejan con ganas de más. Aparentemente sólo se vendió en Europa, luego se discontinuó y ahora la marca lo vende online. Hablo de L’Or de Torrente.

La maison de costura Torrente fue fundada en 1968 por Rose Mett (hermana de Ted Lapidus)L’Or se lanzó en el 2001 y  luego hubo otras versiones. Se rumorea que nació bajo la égida de la firma Elizabeth Arden, aunque el frasco lleva un sticker en la base con el nombre de la empresa Selective Beauty. Creado por el perfumista Jean Jacques, este parfum floral-frutado habla de la alta costura, de una mujer elegante y del lujo.

La botella es inolvidable: un óvalo de cristal coronado con hojas doradas. Evoca la sensualidad de las curvas femeninas y la delicadeza de las incrustaciones de Torrente en sus vestidos. Sin dudas, evoca perfectamente a un talismán o una joya preciosa.

Estrictamente, las notas de salida son magnolia, litchi, mandarina, baya o pimienta rosa y kiwi. Las notas de corazón son cedro, iris y raíz de angélica, todas engarzando un acorde inédito de rosa y café. Las notas de fondo son ámbar, vainilla y “maderas preciosas”.

La experiencia de aplicarlo sobre la piel erradica cualquier prejuicio (si lo hubiere) de que a primera vista parece un perfume de señora mayor. No es un perfume agresivo, pero sí tiene mucha presencia y distinción. Se da el lujo de ser único y de no remitir inmediatamente a algún otro perfume. Pero a pesar de vedarnos esa asociación, es muy reconfortante irlo recorriendo sensorialmente.

La historia comienza con una aparición casi efervescente de kiwi y pimienta rosa, muy frutada. Por momentos, evoca al aroma de una bebida destilada. Luego aparece el cedro encadenado al iris, mientras las notas de café comienzan a despuntar. Las maderas con la vainilla dan tibieza y el ámbar aporta su toque dorado. Es en estos minutos donde recién se aprecia la femineidad de la rosa.

L’Or empieza y termina en dulzor, pero con el talento de pasar fluídamente del dulzor fresco de las frutas al dulzor cálido de la vainilla. Y en el medio hay un momento en el que el café se une a la aspereza de la madera, trasladando la mente al aroma de un bar de la belle époque, donde el olor del mobiliario y los revestimientos de madera se funde con el de la taza de café humeante y espumoso que tenemos enfrente, sobre la mesa. Pero cuando las notas de café se funden con la vainilla, nos llevan de la mano a la infancia y al placer de desenvolver un caramelo duro de chocolate y llevárnoslo a la boca.

Virginia

Origen de la fragancia: obsequio de un familiar.

Nota: la versión original de esta reseña fue publicada en el blog Notas & Acordes el 31/08/11.

foto: Fragrantica.com

foto: Fragrantica.com

 

Halston Woman Amber – Podés dejarte el sombrero puesto

foto: Re-vu.tumblr.com  Vogue 1965: Brigitte Bauer con vestido de Revillon y sombrero Halston. PH: Helmut Newton.

foto: Re-vu.tumblr.com     Vogue 1965: Brigitte Bauer con vestido de Revillon y sombrero Halston.    PH: Helmut Newton.

No. Este post no es sobre el film 9 Semanas y Media, pero podríamos encontrar varios puntos de conexión, tanto con la película como con la canción de Joe Cocker. Especialmente, hablaremos de sombreros, de sensualidad y -¿por qué no?- de desvestirse.

El grupo cosmético Elizabeth Arden enlista bajo su égida a varias marcas, entre ellas a Halston: una más que tiene sus orígenes en la moda. El nombre pertenece a Roy Halston Frowick (1932-1990) quien fue modisto y amigo de super divas y socialités durante los ’60s. Es recordado como el célebre diseñador de sombreros de la tienda departamental Bergdorf Goodman. Figuras como Jackie Kennedy y Elizabeth Taylor vistieron sus creaciones.

Tal como aquellos diseños de líneas simples y depuradas (Halston odiaba lo barroco), Halston Woman Amber (2010) es un eau de parfum que podría describirse con una sola sensación: envolvente. Su comienzo es fresco y hesperidado por las notas suaves de mandarina. Luego se va tornando floral con la aparición de la tuberosa, y -poco a poco- el ámbar, el sándalo y el amizcle lo van entibiando.

Esa sensación final es cálida, transparente y envolvente, como fundir azúcar rubia a fuego lento. Jamás nos sofoca, aunque -por sensuales razones- da un poco de ganas de desprenderse algunos botones del saco… o de la blusa. Eso sí, el sombrero Halston debe quedar puesto.

Virginia

Origen de la muestra: gentileza de Perfumería Nadia (Madrid, España).

Nota: la versión original de esta reseña fue publicada en el blog Notas & Acordes el 26/04/12.

foto: Blog.bergdorfgoodman.com

foto: Blog.bergdorfgoodman.com