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Rancé 1795 Eugénie – Delicada y elegante esencia imperial

imagen: Fineartamerica.com

imagen: Fineartamerica.com  artista: Franz Xaver Winterhalter  “La Emperatriz Eugenia rodeada por sus damas de compañía”, 1855

Eugenia de Montijo (1826-1920) fue la esposa del Emperador Napoleón III de Francia. Aunque ella era de modales discretos y refinados, nunca pasaba desapercibida debido a su inteligencia y elegancia. Participaba activamente de la vida política (incluso quedó a cargo del imperio en 3 ocasiones) tanto como le gustaban los diseños de Worth y el estilo de María Antonieta.

En pocas palabras, ella impulsó el charm que desprendía el estilo de vida del régimen -y que tanto lo caracterizó-, al punto de que su forma de vestir se impuso como tendencia en el resto de Europa. Así como fue un referente femenino en su época, hoy en día lo es para la casa Rancé 1795. Dentro de la línea Colección Imperial está el homenaje perfumístico a esta emperatriz: Eugénie.

Se trata de un eau de parfum recreado por Jeanne Sandra Rancé (basándose en la fórmula de su antepasado Francois Rancé, perfumista de Napoleón I) y lanzado en 2006. Arranca muy transparente y refrescante por la afable combinación inicial de bergamota y lirio del valle. También van apareciendo algunos matices de mandarina e ylang-ylang. El cierre de las notas base está dado por la grosella negra, en maridaje con las primeras notas medias de durazno.

El corazón de Eugénie tiene lujosos suspiros de absoluto de rosa, jazmín de Grasse y hojas de violeta. El acorde final se anuncia con el toque de trompeta del iris florentino, que abre paso al ámbargris, a la vainilla y al vetiver. Como si fuera un lazo, estas últimas notas adornan y concluyen la composición en el punto justo de equilibrio. No hay excesos de flores ni de frutas; es femenino, delicado y elegante. Digno de la Emperatriz Eugenia.

Virginia

Origen de la muestra: gentileza de perfumería Nadia (Madrid, España).

Nota: la versión original de esta reseña fue publicada en el blog Notas & Acordes el 01/05/12.

foto: Fragrantica.com

foto: Fragrantica.com

Olfateando Milán – 1ra parte

foto: Caro Fernandez

Si visito un nuevo lugar, sus perfumerías me resultan casi tan importantes como los museos. ¿Por qué no? La Perfumería es otra forma de arte después de todo. También disfruto de oler a las personas en la calle (con discreción, por supuesto) y tratar de adivinar su sillage.

Esta no es en manera alguna una lista extensiva – Milán es  un inagotable paraíso para el comprador- sino un racconto de los lugares en los que paré y olí las rosas…digo…los perfumes.

En mi primer día en la ciudad, decidí hacer una caminata por el Cuadrilátero de Oro, el fashion-district donde la mayoría de las marcas de lujo tienen sus boutiques.  El lujo y la belleza son cosa seria en Milán. Una podría sentarse durante horas solamente a contemplar a las elegantes semidiosas milanesas, bronceadas y esbeltas, cubiertas de joyas, y a sus compañeros, igualmente magníficos e impecablemente vestidos.

A media tarde, después de haber visto suficiente Prada, Trussardi y Alberta Ferretti, me encontré atrapada bajo una lluvia torrencial…. ¿Qué mejor lugar para refugiarme que una profumeria? Cantarelli está en la Via Manzoni, casi esquina Montenapoleone, en pleno Cuadrilátero de Oro. La perfumería trabaja Serge Lutens (fue una buena oportunidad para volver a probar A la Nuit, la perfección hecha jazmín indólico) , Villoresi (incluyendo productos corporales), Bond No 9, Tom Ford (me enamoré de Noir de Noir, una rosa oscura, con textura de mermelada y Champaca Absolute, un floral dulce y atemporal con longevidad impresionante). La vendedora que me atendió destacó que el best seller indiscutido de la marca es Tobacco Vanille. En Cantarelli puede encontrarse también una buena selección de marcas más comerciales.

En la misma Via Manzoni y Via della Spiga, bajo el pórtico, el discreto Preattoni  se especializa en productos para hombres o, más propiamente,  caballeros. La casa fue fundada en 1902 y esta tienda en particular, abierta en 1946. Preattoni vende hermosos cuchillos y utensilios de afeitado, pero también eaux de toilette, aftershaves y lociones para el cabello.  Penhaligon’s, Villoresi, Creed, Castle Forbes y Floris atraen a aquellos de gustos tradicionales, pero educados.

El día siguiente estuvo soleado, como corresponde a los finales del verano. Luego de una breve visita al majestuoso Duomo, me encaminé hacia Farmacia Centrale en la Via Spadari, ya que estaba ansiosa por conocer la escueta pero inteligente línea Vero Profumo. También quería probar un nuevo floral blanco y estaba abierta a escuchar sugerencias. Jelly, la vendedora, resultó paciente y conocedora de su métier.  Rociamos varios perfumes en blotters y, los que más me gustaron, sobre mi piel. Entre sus sugerencias de floral blanco, mis preferidos fueron el insolente Heeley Bubblegum Chic, Bruno Acampora Blu -una tuberosa que no es excesivamente dulce- y Mona di Orio Tubereuse, verde y transparente.  Farmacia Centrale ofrece también otras líneas como Parfums d’Empire, Keiko Mecheri y Tauer Perfumes. La farmacia vende productos de tratamiento para la piel e irresistible bijouterie vintage. Jelly es una apasionada de las fragancias y dueña de un gusto refinado (Le pregunté por sus propios favoritos y me sorprendí  favorablemente ante su respuesta, que incluyó Onda, de Vero ProfumoLa Myrrhe, de Lutens y Cuir, de Mona di Orio). Fue tan generosa con las muestras que tuve que pedirle, por favor, que parara. Aunque la tienda es pequeña, la selección de productos es inteligente y la atención, muy personalizada.

De vuelta en Piazza Duomo, a un lado de la Catedral, La Rinascente -la tienda  por departamentos más popular de Italia– tiene un vasto sector de perfumería en la planta baja, donde amén de marcas masivas, pueden encontrarse líneas como Blood Concept, Miller Harris y Diptyque. Me gustaron especialmente Grand Bal y Rose Ispahan, de Dior La Collection Privée, no especialmente distintivos, pero muy bellos. El staff fue atento y pródigo en muestras, aunque había dejado en claro que no era mi intención hacer ninguna compra.

No muy lejos de La Rinascente hice mi siguiente escala:  Excelsior , en Galleria del Corso, una tienda por departamentos más que chic que alberga una excelente selección de productos. No voy a entrar en detalle acerca de la ropa…Dries van Noten, Marni, Vanessa Bruno (*suspiro!*), pero en la planta baja, una profusión de marcas de perfumes como Carthusia, Eau d’Italie, Bruno Acampora, Etro  (su Messe de Minuit todavía me enloquece después de más de 15 años), Histoires de Parfums y Rancé atraen a las narices ávidas.

Caro

La 2da parte de este artículo puede leerse aquí

foto: Caro Fernandez          Velas Cire Trudon en Profumo, Via Brera

Sniffing Milan – Part 1

Whenever I visit a new place, fragrance stores seem to me  almost as important as museums. Why not? Perfumery is another art form after all. I also enjoy sniffing people on the streets (discreetly, of course), and trying to guess their sillage.

This is by no means an extensive list  –Milan is an infinite paradise for shoppers- but rather an account of the places where I stopped and smelled the roses…I mean…perfumes.

On my first day in the city, I went for a walk in the so called Golden Rectangle, the fashion district where most luxury brands have their boutiques.  Luxury and beauty  are serious in Milan. One could sit for hours and just gaze at the elegant Milanese demi-goddesses, tan and toned, dripping with jewels, and their impeccably dressed and equally gorgeous male companions.

By mid afternoon, after having seen enough Prada, Trussardi and Alberta Ferretti I was caught in a torrential downpour…. What better place to shelter myself than  a profumeria? Cantarelli is on Via Manzoni, almost at the corner with Via Montenapoleone. They stock Serge Lutens (it was a good opportunity to sample A la Nuit again, indolic jasmine perfection), Villoresi (including body products), Bond No 9, Tom Ford (I fell in love with Noir de Noir, a dark and jammy rose and Champaca Absolute, a sweet and timeless floral with impressive longevity). The saleslady told me the undisputed best seller of the brand is Tobacco Vanille. At Cantarelli one can also find a good selection of mainstream brands.

On the same Via Manzoni and Via della Spiga, under the portico, the discreet  Preattoni  specializes in products for men or,  more properly, gentlemen. The house was founded in 1902 and this particular store opened in 1946. Preattoni sells beautiful knives and shaving utensils, but also eaux de toilette, aftershaves and hair lotions.  Penhaligon’s, Villoresi, Creed, Castle Forbes and Floris appeal to those with traditional yet educated tastes. 

The next day was sunny, befitting the end of Summer. After a brief visit to the majestic Duomo, I headed towards Farmacia Centrale on Via Spadari, as I was eager to know the small but smart Vero Profumo line. I also wanted to try a new white floral and was open to suggestions. Jelly, the saleslady, was patient and knowledgeable.  We sprayed several fragrances on blotters and the ones I liked best, on my skin. Among her suggestions for white florals, my favorites were the insolent Heeley Bubblegum Chic, Bruno Acampora Blu -a non sweet tuberose-and Mona di Orio Tubereuse, green and transparent. Farmacia Centrale also offers lines such as  Parfums d’Empire, Keiko Mecheri and Tauer Perfumes. The farmacia sells skincare products and irresistible vintage bijouterie. Jelly is passionate about fragrances and has a refined taste (I asked her about her personal favorites and I was surprised at her answer, which included Vero Profumo Onda, Lutens La Myrrhe and Mona di Orio Cuir) She was so generous with samples, I had to tell her to please stop. Even though the store is small, the selection of products is smart and the attention, very personalised.

Back to Piazza Duomo, on one side of the Cathedral, La RinascenteItaly‘s most popular department store- has a vast perfumery section on its ground floor, where besides mainstream brands, one can find lines such as Blood Concept, Miller Harris and Diptyque. I especially liked Dior La Collection Privée Grand Bal and Rose Ispahan, not especially distinctive but very beautiful. The staff was friendly and I was showered with samples, even though I made clear it was my intention not to make any purchases.

Not far from La Rinascente I made my next stop:  Excelsior , on Galleria del Corso, a chic department store which houses a fine selection of products. I won’t even get into detail about the clothes…Dries van Noten, Marni, Vanessa Bruno (*sigh!*), but on the ground floor a profusion of fragrance brands like Carthusia, Eau d’Italie, Bruno Acampora, Etro  (I’m still mad about their Messe de Minuit after more than 15 years), Histoires de Parfums and Rancé attracts avid nostrils.

Caro

The 2nd part of this article can be read here

Rancé 1795 Laetitia – Madame Mère

imagen: costumes.org

La familia Rancé comenzó a producir guantes perfumados en Grasse, en los años 1600. A finales del siglo siguiente, se especializó en la elaboración de fragancias finas. Se dice que Francois Rancé fue el perfumista favorito de Napoleón y que creó varios perfumes para él. Hoy la casa basa su éxito en la imaginería bonapartiana que inspira sus mezclas y en la gran calidad de sus delicadas fragancias, que agradan especialmente a aquellos de gustos clásicos.

Laetitia fue inspirado por Maria Letizia Ramolino (1750-1836), madre de Napoleón. Nacida en Córcega en el seno de una familia noble, esta mujer fuerte y de belleza severa montaba a caballo durante sus embarazos, insistía en que sus niños se bañaran día por medio en una época en la que una vez al mes era considerada suficiente y se rehusó a aprender Francés incluso luego de que Córcega pasara a formar parte de Francia. Enseñó a sus hijos -a través del ejemplo- moderación en la prosperidad y grandeza de alma ante la adversidad.

Al rociar el perfume, una nube cítrica y especiada de bergamota,  mandarina  y nuez moscada eleva instantáneamente nuestro ánimo. En seguida se manifiesta una fuerte nota de patchouli que envuelve un radiante corazón floral de rosa búlgara, azahar, glicina y magnolia. Las flores prestan sofisticación a esta mezcla donde impera el patchouli y la cálida cualidad solar del azahar y la magnolia se hace especialmente evidente.

En una base maravillosamente dorada el ambar, la vainilla y el bálsamo de Tolu  logran endulzar la mezcla, pero es -¡Sí, adivinaron!- el omnipresente patchouli quien brinda equilibrio y evita que el perfume se torne empalagoso.

Laetitia huele muy natural (un rasgo común a todas las propuestas de Rancé) y tiene una longevidad excelente. Es una fragancia refinada pero desprovista de timidez y enfática sin rozar la vulgaridad. Como la mismísima Madame Mère.

Caro

Origen de la muestra: muestra cortesía de Perfumería Nadia, Madrid

foto: zentraldrogerie.com

Rancé 1795 Laetitia – Madame Mère

The Rancé family started producing perfumed gloves in Grasse in the 1600s. In the late 1700s, they specialized in the making of fine fragrances. It is said  Francois Rancé was Napoleon‘s favorite perfumer and that he created many perfumes for him. Today the house bases its success on the Bonapartian imagery that inspires their blends and in the great quality of their delicate fragrances which appeal mostly to classical tastes.

Laetitia was inspired by Maria Letizia Ramolino (1750-1836), mother of Napoleon. Born in Corsica to a noble family, she was a strong woman of severe beauty who rode horses through her pregnancies, insisted that her children  should bathe every other day in a time when once a month was the norm and refused to learn French even after Corsica became part of France. She taught -through example- moderation during prosperity and greatness of soul during adversity.

Upon spraying the fragrance, a citrusy and spicy cloud of bergamot,  mandarine and nutmeg instantly lifts our moods. Soon a strong patchouli note envelops the radiant floral heart of Bulgarian rose, orange blossom, wisteria and magnolia. The flowers lend sophistication to the patchouli-dominant blend and the warm solar quality of orange blossom and magnolia is especially evident.

In a wonderfully golden base amber, vanilla and Tolu balsam manage to sweeten the fragrance, but it is -you guessed it- the omnipresent patchouli which provides balance and prevents the blend from becoming too sweet.

Laetitia smells very natural (a trait common to all Rancé offerings) and has excellent longevity.  The fragrance is refined but devoid of shyness and emphatic without verging on vulgarity. Just like Madame Mère herself.

Caro

Origin of sample: sample courtesy of Perfumería Nadia, Madrid