Dos amigos muy queridos pasaron, hace poco, unas cortas vacaciones en París. Ante mi insistencia, tuvieron la amabilidad de hacer un alto en la boutique Divine (ubicada cerca de la Ópera), donde pudieron conseguir unas muestras. Una vez vueltos a casa, no perdí un minuto en rociarme con mis muestras mientras ellos elogiaban la atención cortés y paciente que habían disfrutado.
Divine es una pequeña casa de Dinard, Bretaña. Su primera creación, llamada Divine a secas, fue por muchos años su única fragancia. La marca de Yvon Mouchel construyó merecidamente su estatus de culto sobre este único perfume. Otras fragancias llegarían con el correr de los años; en éstas el Sr. Mouchel colaboró con los narices Richard Ibañez y Yann Vasnier. Las ecuaciones Mouchel + Ibañez y Mouchel + Vasnier parecen arrojar un resultado más grande que la suma de sus partes. Con un rango que abarca desde clásico a moderno-clásico y presentada en un envase sencillo, la línea es exquisita: no hay hipérbole en Divine.
No estoy segura de si Divine (el perfume) es el best seller de la casa, pero apostaría a que sí. Este floral blanco achiprado fue compuesto en 1986 por Richard Ibañez. La primera impresión que da es de altivez y, aunque Divine pronto comienza a revelar facetas más sensuales, esta altanería nunca desaparece por completo. Tuberosa, gardenia y una rosa nítida y brillante rose reciben un cosquilleo especiado de coriandro; este corazón floral da una impresión tan viva que los pétalos casi podrían tocarse. Un durazno dulce y aterciopelado suma a la sensación táctil. Podría decirse que Divine comparte un aire de familia con Ysatis (para mi alegría, sin la nota de coco de este último). Pinceladas verde oscuro de musgo de roble se mezclan con patchouli y almizcle para terminar por difuminarse en un incienso avainillado. Divine es a la vez bello Y sublime; creo que Kant estaría de acuerdo.
Mi muestra es de eau de parfum y tiene una tenacidad destacable; la fragancia está disponible también en versión extracto.
Caro
Origen de la muestra: Muestra gentileza de la boutique Divine, Paris
Parfums Divine Divine – The beautiful and the sublime
Two dear friends of mine recently spent a short holiday in Paris. At my insistence, they were kind enough to stop at the Divine boutique (located near the Opera) where they were able to get a few samples. Once they got back home, I hurriedly doused my samples on as they raved about the courteous and patient customer service they had enjoyed.
Divine is a small house from Dinard, Brittany. Their first creation, called simply Divine, was for a many years their only fragrance. Yvon Mouchel‘s brand deservingly built its cult status upon this sole perfume. Other fragrances would follow over the years; on these Mr. Mouchel collaborated with noses Richard Ibañez and Yann Vasnier. The Mouchel + Ibañez and Mouchel + Vasnier equations seem to give a result greater than the sum of their parts. Ranging from classical to modern-classical and presented in an unassuming packaging, the line is exquisite: there is no hyperbole in Divine.
I am not sure if Divine (the fragrance) is the house’s best seller, but I would bet it is. This chyprish white floral was composed in 1986 by Richard Ibañez. The first impression is one of loftiness and, although Divine soon reveals more sensual facets, this haughtiness never disappears completely. Tuberose, gardenia and a bright clear rose receive the spicy tingle of coriander; this floral heart gives such a vivid impression that one feels the petals can almost be touched. Sweet velvety peach adds to the tactile sensation. It could be said Divine shares an air de famille with Ysatis (much to my joy, minus the latter’s coconutty note). Dark green brushstrokes of oakmoss mix with patchouli and musk to later blend into a vanillic incense. Divine is BOTH beautiful AND sublime; I think Kant would agree.
My sample is eau de parfum and its tenacity is remarkable; this fragrance is also available in extrait form.
Caro
Origin of sample: Sample courtesy of the Divine boutique, Paris