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Biehl Parfumkunstwerke AL02 – Música para los reales fuegos de artificio

royalfireworks

imagen: Commons.wikimedia.org “Una vista de los fuegos artificiales para el Duque de Richmond en Whitehall y en el río Támesis el lunes 15 de mayo de 1749”

Biehl Parfumkunstwerke (obras de arte en perfume) se define como una galería olfativa. Bajo la curación de Thorsten Biehl la marca presenta sus fragancias con un approach minimalista que cede todo el protagonismo al líquido. Incluso los nombres de los perfumes son severos: apenas las iniciales del nariz que compuso cada uno y un número. Para una presentación tan modesta, AL02 resulta bastante espectacular. Arturetto Landi, el nariz detrás de la creación, pensó en ella como “la encarnación del desafiante y arrogante chic parisino, rutilantes noches en la ópera, glamorosos banquetes y citas amorosas. Un tributo a la feminidad.

Si bien AL02 fue lanzado en 2007, sigue la huella de los grandes ámbares especiados de finales de los 1970s y principios de los 1980s tales como Coco, Opium y  Obsession. Generoso, incluso opulento pero jamás opresivo, muestra una complejidad que rara vez se encuentra en nuestros días. Hay en él una elegancia grandiosa. El frescor ácido de una salida hesperidada se ve seguido por un generoso pellizco de especias (cardamomo, canela, clavo) y el dulzor de ciruelas y duraznos. Estas carnosas notas frutales recuerdan la voluptuosidad de gigantes clásicos como Quadrille de Balenciaga o a Femme de Rochas). La mezcla pronto se vuelve más suave, casi cremosa, pero las especias nunca desaparecen, sumando vivacidad a un corazón floral donde el clavel brilla con intensidad particular. Para una creación tan imponente AL02 guarda proporciones perfectas. La base resplandece como cálida luz de velas en tonos ámbar, redondeada con vainilla, sándalo y almizcles. La longevidad es decente y la proyección, buena.

Había jurado no comprar ni un frasco de perfume en los próximos dos años, pero…

Caro

Origen de la muestra: Muestra regalo por compra en Osswald NYC

 

al02

foto: Biehl-parfum.com

Biehl Parfumkunstwerke AL02 – Music for the Royal Fireworks

Biehl Parfumkunstwerke (perfume artworks) defines itself as an olfactory gallery. Curated by Thorsten Biehl, the brand presents its fragrances with a minimalist approach that leaves all the protagonism to the juice itself. Even the names are stark: barely the initials of the nose behind each creation and a number. But for such an unassuming presentation, AL02 is pretty spectacular. Arturetto Landi, the nose who composed it, intended this fragrance as “the incarnation of the defiant-arrogant Paris chic, glittering nights at the opera, glamorous banquets and amorous rendezvous. An obeisance to femininity.

Although AL02 was introduced in 2007, it follows in the footsteps of the big spicy ambers of the late 1970s and early 1980s, such as Coco, Opium and Obsession. Rich, opulent even but never oppressive,  it shows a complexity rarely found these days. There is a magnificent elegance to it. The sour freshness of an hesperidic opening is soon followed by a generous dusting of spices (cloves, cinnamon, cardamom) and the sweetness of plums and  peaches. These fleshy fruity notes recall the voluptuousness of classic giants like Balenciaga Quadrille or Rochas Femme). The blend soon becomes smoother, almost creamy, but the spices never disappear, adding vibrancy to a floral heart in which carnation shines with particular strength. For such a grandiose composition, AL02 is perfectly proportioned. The base glows like warm candlelight  in shades of amber, rounded by vanilla, sandalwood and musks. Longevity is decent and projection, very good.

I had sworn I wouldn’t be purchasing any bottles in the next couple years, but…

Caro

Origin of sample: Sample gifted with purchase at Osswald NYC

Parfums Isabey La Route d’Emeraude – Chispas de jazmín

Route-dEmeraude

foto: Indochinaroadtourer.asia

Mientras conversábamos café por medio, mayormente sobre trabajo, mi amiga abrió un cajón de su escritorio y dijo “Tengo un frasco de algo por acá ¿querés llevártelo?”. El “sí” resonó antes de que la pregunta terminara; siempre queda tiempo para arrepentirse. En la bonita caja amarilla dormía una botella de Isabey La Route d’Emeraude. Curiosamente, un año antes me había sentido tan intrigada por este perfume que había estado a punto de cometer el peor de los pecados: comprar sin haberlo probado.

La Route d’Emeraude se inspira en el viaje que lleva al “Triángulo Esmeralda”, un área magníficamente verde y frondosa que une las fronteras de Tailandia, Camboya y Laos. La Route d’Emeraude fue creada originalmente en 1924, su botella diseñada por el legendario artista vidriero Julien Viard (el flacon de nuestros días sigue las líneas del diseño de Viard). La fragancia fue actualizada en 2012 por el nariz Jean Jacques y la directora creativa Rania Naim. Si bien no he podido oler la versión de la década del ’20, la que está disponible actualmente es tan clásica, plena y satisfactoria que no hace añorar tiempos pasados.

Una nota de bergamota ácida y algo severa oficia de preludio a la subsecuente explosión de flores blancas. El jazmín sambac y el jazmín de Marruecos, ambos más verdes que la variedad de Grasse, se funden con la tuberosa y la flor de naranjo deteniéndose apenas antes de alcanzar un dulzor excesivo. La Route d’Emeraude realmente florece sobre la piel: crece, se abre, pulsa, expande su calidez nectárea. Sin embargo, a través de la evolución, logra conservar el verdor, una frescura ligera que hace un guiño cómplice al nombre, sumando a la idea de chispeantes gemas exóticas. El fondo sutil –ambaradoalmizclado- enfatiza la redondez sensual de la composición.

Desaconsejada para tímidos, La Route d’Emeraude demuestra una longevidad sobresaliente, gran sillage y se aferra con tenacidad a la ropa.  Está disponible también en una versión extraitPerle de la Route d’Emeraude.

Caro

Origen de la muestra: regalo de una amiga

emeraude panouge dot com

foto: Panouge.com

Parfums Isabey La Route d’Emeraude – Jasmine sparks

As we talked over coffee, mostly about work, my friend opened a drawer in her desk and said “I have a bottle of something lying around. Would you like to take it home?”. My “yes” resounded before she even finished her sentence; there’s always plenty of time for regrets. Housed in the lovely yellow box, lay a bottle of Isabey La Route d’Emeraude. Curiously enough, a year ago I had been so intrigued by this fragrance that I almost committed that worst of sins: buying unsniffed.

La Route d’Emeraude was inspired by a journey leading to the Emerald Triangle, a magnificently green and lush area that joins the borders of Thailand, Cambodia and Laos. La Route d’Emeraude was originally created in 1924, its bottle designed by legendary verrier Julien Viard (the present-day flacon follows the lines of Viard’s design). The fragrance was revamped in 2012 by nose Jean Jacques and creative director Rania Naim. While I haven’t sniffed the version dating from the roaring twenties, the current one is so classical, full and satisfying it doesn’t make me long for days gone by.

A tart and somewhat acerbic bergamot note acts as a prelude to the subsequent explosion of white flowers. Jasmine sambac and Moroccan jasmine, both greener than the Grasse variety, meld with tuberose and orange blossom stopping just a step short of excessive sweetness. La Route d’Emeraude really blooms on the skin: it grows, opens, pulsates, expands its nectarous warmth. But throughout its evolution, it manages to retain a  greenness, a slight freshness that nods to its name, adding up to the idea of sparkly exotic gems. The delicate drydown –amberymusky- emphasises the sensual roundness of the composition.

Not for the shy, La Route d’Emeraude possesses outstanding longevity, big  sillage  and lingers tenaciously on clothes.  It is also available in an extrait version: Perle de la Route d’Emeraude.

Caro

Origin of sample: gift from a friend

Neela Vermeire Créations Pichola – ¡Hágase la luz!

foto: Lestopnews.com

foto: Lestopnews.com

Nunca es tarde si la dicha es buena. Neela Vermeire Créations Pichola fue presentado a principios de este año y, en ese momento, muy elogiado en la blogósfera perfumística. Hace muy poco logré obtener una muestra y comprender a qué se debía todo el runrún. La línea de Neela ha sido desarrollada en colaboración con el nariz Bertrand Duchaufour y el resultado, hasta ahora, fascinante. Los perfumes son sólidos en composición, calidad e identidad así que no resulta difícil enamorarse de ellos. El arduo trabajo tras la marca  y la concreción del sueño de una amante de las fragancias también son loables.

Esta composición toma su nombre del  Lago  Pichola  en Udaipur,  Rajastán, un lago artificial de agua dulce que fue creado en el siglo XIV. Pichola busca imitar los reflejos de la luz en el agua: los alegres destellos de la luz solar, el resplandor sereno de la luna. El Cielo sabrá por qué yo esperaba un perfume ligero. No lo es: a pesar de su luminosidad, Pichola resulta considerablemente contundente.

La salida es vivaz y soleada, sensación lograda a través de notas cítricas  (bergamota y clementina) y neroli.  El centelleante reflejo de los rayos del sol volcando distintos tonos de dorado en el agua ha sido capturado con exactitud. El corazón presenta un rico bouquet de flores blancas: el neroli anteriormente mencionado da un paso atrás permitiendo que la flor de naranjo, magnolia, jazmín y tuberosa brillen y deslumbren.  La tuberosa parece ir y venir y, de tanto en tanto, su presencia se torna marcada si bien no abrumadora. El aroma natural de la flor se ve logrado con particular éxito y me recuerda a un intento  de enfleurage de tuberosa que hice hace un par de años (bastante decente, si me preguntan). Un apetitoso dúo de cardamomosándalo,  reminiscente del que aparece en Trayee, brinda una sensación reconfortante. Resumiendo: una sinfonía floral encantadora, que se inclina hacia el lado femenino del espectro y ostenta excelente tenacidad.
Caro

Origen de la muestra: Muestra gentileza de Neela Vermeire Créations.

foto: Neelavermeire.com

photo: Neelavermeire.com

Neela Vermeire Créations Pichola – Let there be light!

One’s never too late to a good party. Neela Vermeire Créations Pichola was launched earlier this year and, at the time, much celebrated among the fragrant blogosphere. It was only now that I managed to obtain a sample and understand what the buzz was all about. Neela‘s line has been developed in collaboration with nose Bertrand Duchaufour and the result, so far, is truly enchanting. The fragrances are solid in composition, quality and identity so it doesn’t become difficult to fall in love with them. The hard work behind the brand and the materialisation of a fragrance lover’s dream should also be lauded.

This latest composition is named after Lake Pichola in Udaipur,  Rajasthan, an artificial freshwater lake which was created in the XIV century.  Pichola aims to mimic the reflections of light on the  water: the joyful sparkle of sunlight, the serene glow of moonlight. Heavens know why, I was expecting a light fragrance. It is not: despite its luminosity, Pichola eau de parfum is still substantial.

Its opening is lively and sunny, a feel conveyed via citrusy notes (bergamot and clementine) and neroli.  The scintillating reflection of sun rays casting different hues of gold over the water has been accurately captured. The heart showcases a rich bouquet of white flowers: the aforementioned neroli steps back and lets orange blossom, magnolia, jasmine and tuberose shine and dazzle. The tuberose seems to come and go and, from time to time, its presence becomes very marked though not overwhelming. The natural scent of the flower has been achieved with special success, reminding me of an attempt at tuberose enfleurage I did a couple years ago (pretty decent if you ask).  A mouthwatering cardamomsandalwood pairing,  reminiscent to the one employed in Trayee, provides a reassuring feel. All in all: a charming floral symphony, leaning towards the feminine side, boasting excellent tenacity.
Caro

Origin of sample: Sample courtesy of Neela Vermeire Créations.

“Fragrant” – Viaje olfativo a través de la Historia

Mandy Aftel dando clases en Aftelier. Foto: Virginia Blanco

Mandy Aftel dando clases en Aftelier. Foto: Virginia Blanco

El sentido del olfato es como un escritor anónimo de la historia humana. Ha sido parte y razón de importantes decisiones políticas así como también de las antiguas fantasías de los tiempos pasados. Diferentes culturas han sido moldeadas por mitos y leyendas entretejidas con la fascinación por los aromas, y marcados por la profunda influencia de diversos olores.

“Fragrant: The Secret Life Of Scent” (Fragante: La Vida Secreta del Perfume) – el nuevo libro de Mandy Aftel– es una irresistible invitación para todos aquellos apasionados por la perfumería como disciplina y por la historia. La autora realiza un viaje exploratorio hacia el pasado con destinación a cinco diversos aromas: canela, menta, incienso, ambargris y jazmín. Todo este proceso de escritura incluso la inspiró a crear su último y aclamado perfume, Palimpsest(*).

Cada uno de los arriba mencionados aromas encarna el descubrimiento de nuestras necesidades, sentimientos y apetitos. Saltar hacia lo nuevo, la atracción por lo exótico y el lujo (canela); la necesidad del arraigo y del sentido de pertenencia, la calidez de lo familiar (menta); la búsqueda de lo espiritual, lo ritual y lo trascendental (incienso); la fascinación por lo misterioso y desconocido, lo “otro” (ambargris); el disfrute de lo bello, el placer por lo estético (jazmín).

Si bien Mandy ha estado brindando avances de su nuevo libro en diversos eventos (uno de ellos fue en el Berkeley Art Museum), yo esperaba ansiosa el poder leerlo por el particular entusiasmo que ella misma mostraba. Cuando hablaba sobre su experiencia escribiendo Fragrant, su rostro iluminado y mirada brillante me indicaban que este libro sería muy especial. Y así fue.

Hasta ahora lo he leído dos veces, de principio a fin. Pero también vuelvo a releer algunos fragmentos cada tanto: su riqueza es inagotable. No puedo dejar de admirar el abordaje meticuloso de la autora y la fragilidad que muestra al exponerse como ser humano. Ella escribe con una sensibilidad auténtica, comparte su perspectiva y hallazgos desde lo más fondo de su corazón.

“Podemos pensar porque podemos oler” escribió Diane Ackerman (A Natural History of the Senses). Cuando Mandy hizo esta cita al principio de su obra, estaba remarcando un hecho crucial. La nariz es idiosincráticamente central: ella “escribe” nuestros pensamientos, memorias y la noción que tenemos de nosotros mismos.

Virginia

(*) Nota bene: Les invito a disfrutar de la reseña (en inglés) de Palimpsest realizada por nuestra colega Victoria Jent, del blog EauMG.

Fragrant y el companion kit, con muestras de los 5 aromas naturales sobre los que gira el libro. Foto: Virginia Blanco

Fragrant y el companion kit, con muestras de los 5 aromas naturales sobre los que gira el libro. Foto: Virginia Blanco

“Fragrant” – A scented journey through History

The sense of smell is like an anonymous writer of human history. It has been part and reason of important political decisions as well as of the most ancient fantasies of bygone times. Different cultures have been shaped by myths and legends interwoven with a fascination for scents, and real life events have been traced by the deep influence of smells.

“Fragrant: The Secret Life Of Scent”Mandy Aftel‘s latest book- is an irresistible invitation for those who are passionate about perfumery and history. The author makes an exploratory journey through the past with certain chosen scents as destinations: cinnamon, mint, frankincense, ambergris, and jasmine. This whole process even inspired her to create Palimpsest (*), her brand new and acclaimed perfume.

Each one of the aforementioned scents embodies the discovery of our needs, feelings and appetites. Jumping into something new and pursuing the exotic and luxurious (cinnamon); luring of roots and sense of belonging, the warmth of the familiar (mint); spiritual search, the ritual and transcendental (frankincense); the fascination for the unknown, the “other” (ambergris); the enjoyment of beauty, the pleasure and aesthetics (jasmine).

Although Mandy has been bringing advances of this new book to several events (one of them was at the Berkeley Art Museum) I was looking forward to read it especially because of her enthusiasm about it. When she talked about her own journey writing Fragrant, her lit-up face and shiny eyes told me that this book would be a special one. And so it was.

At the time I have read it twice, from start to end. But I also return to re-read some fragments again from time to time: its richness is inexhaustible. I can’t but admire the meticulous approach of the author and the fragility of her exposure as a human being. She writes with authentic sensibility, shares her perspective and findings from the very bottom of her heart.

“We think because we smelled” wrote Diane Ackerman (A Natural History of the Senses). When Mandy quoted her at the beginning of the book, she made a point. The nose is idiosyncratically central: it “writes” our thoughts, memories and sense of who we are.

Virginia

(*) Nota bene: I invite you to enjoy the Palimpsest review made by our fellow perfume blogger Victoria Jent.

Aedes de Venustas Oeillet Bengale – Llamarada pasional

foto: Blogs.lanacion.com.ar fotógrafo: Aldo Sessa

foto: Blogs.lanacion.com.ar    fotógrafo: Aldo Sessa

Cada vez que rocío el último eau de parfum de Aedes de Venustas, me encuentro tarareando sin querer esta canción de Tita Merello:

Llamarada
es oír desde las sombras
esa voz que a mí me nombra,
que la busco y que no está.
Llamarada
es sentir sobre mi boca
todo el fuego de tu boca
que me quema y que se va.

Oeillet Bengale es un perfume de fuego y humo que envuelve con la sensualidad de un tango lento. A pesar de las apariencias, debe su nombre no al clavel, sino a una ambigua rosa que fue registrada por el pintor y botánico francés Pierre Joseph Redouté en 1835.  Si los aburren las rosas mansas y domesticadas, les aseguro que esta no tiene un pétalo de modosita.

Oeillet Bengale  (2014) fue compuesto por el nariz mexicano Rodrigo Flores Roux (Givaudan) para Aedes de Venustasboutique neoyorquina pionera en perfumería de nicho. Es la quinta creación de la casa luego de Une Histoire de Chypre (un chipre realizado en colaboración con Molinard), Aedes de Venustas (un incienso amaderado, por L’Artisan Parfumeur ), Aedes de Venustas (chipre, del nariz Bertrand Duchaufour) e Iris Nazarena (iris y cuero, por Ralf Schwieger).

Esta es una fragancia perfectamente unisex (¿no lo son todas?), dulce y feroz a la vez. En Oeillet Bengale la rosa se disfraza de clavel mediante un cargamento de especias picantes y dulces (distintas pimientas, clavo de olor, canela, cardamomo) logrando así confundir por unos momentos. Oeillet Bengale emana calor: es chispeante y ligeramente dulzón, con una cualidad frutada casi cerosa. Su luminosidad ondula, retrocediendo y avanzando, velada a intervalos por volutas de humo de incienso. Un fondo ambaradoresinoso (cistus, bálsamo de tolu, benjuí) redondea la composición que, a pesar de su contundencia, resulta sorprendentemente aireada. Buena longevidad y proyección terminan por convertirlo en una de las creaciones más satisfactorias y sólidas del último año. Estoy segura de que Oeillet Bengale está aquí para quedarse.

Caro

Pueden ver el grabado original del Oeillet Bengale, haciendo click aquí

Origen de la muestra: Muestra gentileza de Perfumerías Nadia, Madrid.

foto: Aedes.com

foto: Aedes.com

foto: Aedes.com

foto: Aedes.com

Aedes de Venustas Oeillet Bengale – Blaze of passion 

 

Whenever I spritz on Aedes de Venustaslatest eau de parfum I find myself unintentionally humming this Tita Merello song:

Blaze
is to hear from the shadows
that voice which is naming me,
which I look for and can’t find.
Blaze
is to feel upon my mouth
all the fire of  yours
which burns me and then leaves.

Oeillet Bengale is a fragrance of fire and smoke that envelops  the wearer with the sensuality of a slow tango. Despite appearances, it owes its name not to carnation but to an ambiguous rose that was first recorded by French painter and botanist Pierre Joseph Redouté in 1835. If tame, domesticated roses bore you, I can vouch you won’t find any demureness here. 

Oeillet Bengale  (2014) was composed by Mexican nose Rodrigo Flores Roux (Givaudan) for Aedes de Venustas, the New York boutique that pioneered niche fragrances. It is the house’s fifth creation after Une Histoire de Chypre (a chypre, in collaboration with Molinard), Aedes de Venustas (a woody incense by L’Artisan Parfumeur), Aedes de Venustas (chypre, by nose Bertrand Duchaufour) and Iris Nazarena (leathery iris, by Ralf Schwieger).

This is a perfectly unisex fragrance (aren’t they all?), sweet and ferocious at a time. The rose in Oeillet Bengale is disguised as a carnation via loads of hot and sweet spices (several types of pepper, cloves, cinnamon, cardamom) and manages to confuse us for a few moments. Oeillet Bengale radiates heat: it is sparkling and slightly sweet, with an almost waxy fruitiness. Its luminosity  undulates, moving back and forth, veiled  every now and then by volutes of incense smoke. An ambery resinous base (cistus, tolu, benzoin) rounds off the composition which, despite its forcefulness, is surprisingly airy. Good longevity and projection turn it into one of the most solid and satisfying creations of the year. I’m sure Oeillet Bengale is here to stay.

Caro

You can see the original engraving of the Oeillet Bengale, by clicking here

Origin of sample: Sample courtesy of Perfumerías Nadia, Madrid

foto: Noticiasdetango.blogspot.com.ar Tita Merello por la fotógrafa Annemarie Heinrich

foto: Noticiasdetango.blogspot.com.ar
Tita Merello por la fotógrafa Annemarie Heinrich