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Téo Cabanel Alahine – Flores de oro

foto: Theanglocatholic.com

foto: Theanglocatholic.com

Para fines del siglo XIX, las esencias y extraits de mouchoirs (perfumes para pañuelo) de Théodore Cabanel ya tenían una clientela leal entre los sectores más elegantes de Argel. En 1908 Cabanel se mudó nuevamente a París donde su reputación continuó creciendo. Unos años más tarde, la casa -ahora bajo la guía de la hija de Cabanel– se convirtió en la preferida de Wallis Simpson.

En 2003, una muy joven Carolina Ilacqua -ahijada de la hija de Théodore Cabanel decidió revivir la casa con la colaboración del nariz Jean-Francois Latty (creador entre otros de Eau Dynamisante, Jazz, Tsar y Drakkar Noir). La marca emplea hoy un alto porcentaje de materias primas naturales a la vez que mantiene sus perfumes dentro de un estilo clásico y muy elegante.

Cuando nuestra amiga bloguera Kafka se ofreció a enviarme una muestra de Alahine, no pude rehusarme.  Mi única aproximación a Téo Cabanel hasta el momento había sido un olisqueo veloz de Oha (un hermoso chipre de rosa) en Farmacia Centrale, en Milán.

Alahine me resultó extrañamente familiar al principio hasta que me di cuenta por qué…me recordaba a Bal a Versailles, sólo que sin la incivilizada nota animal que a veces lo vuelve difícil de usar. Kafka me había dicho que tuviera paciencia con Alahine y le diera tiempo, lo que hice obedientemente. Cada vez que lo usaba, Alahine se volvía más y más irresistible. El que me había parecido un ámbar clásico y monolítico más, empezó a desplegar sus misterios.

Ámbar licoroso con chispeante bergamota en la salida, Alahine es cálido y envolvente, un perfume generoso.  Notas luminosas de azahar, rosa búlgara, jazmín  e ylang ylang brillan como las piedras de una corona, la sensación es como si estas flores flotaran en un líquido dorado y dulzón (el azahar, que suma frescura al atalcado ámbar, es especialmente bello). El fondo aterciopelado, por momentos casi ahumado -donde notas amaderadas de sándalo y patchouli se entremezclan con vainilla y benjuí– es verdaderamente de ensueño.

Caro

Origen de la muestra: Muestra gentileza de nuestra colega bloguera Kafka

foto: Teo-cabanel.com

foto: Teo-cabanel.com

Téo Cabanel Alahine – Gold flowers

By the end of the XIXth century, Théodore Cabanel‘s essences and extraits de mouchoirs (handkerchief’s scents) already had a loyal following among the fashionable set in Algiers. In 1908 Cabanel moved back to Paris where his reputation continued to grow. Some years later the house -now under the guidance of Cabanel‘s daughter- became the favorite of Wallis Simpson.

In 2003, a very young Carolina Ilacqua -goddaughter of Théodore Cabanel‘s daughter- decided to resurrect the house with the collaboration of nose Jean-Francois Latty (creator among others of Eau Dynamisante, Jazz, Tsar and Drakkar Noir). The brand today uses a high percentage of natural raw materials while keeping their fragrances classic in style and very elegant.

When fellow blogger Kafka offered to send me a sample of Alahine a few weeks ago, I couldn’t refuse.  My only approach to Téo Cabanel had, so far, been a brief sniffing of Oha (a beautiful rosy chypre) at Farmacia Centrale in Milan.

Alahine seemed strangely familiar at first until it dawned on me…it reminded me of Bal a Versailles, only lacking the impolite animalic notes that sometimes render BaV so difficult to wear. Kafka had told me to be patient with Alahine it and give it time, which I obediently did. With each successive wearing, Alahine became more and more compelling. What had appeared like yet another classic and monolythic amber started to unfold its mysteries before me.

A boozy amber with sparkling bergamot in the opening, Alahine is warm and enveloping, a generous perfume.  Luminous notes of  orange blossom, Bulgarian rose, jasmine and ylang ylang shine like gems in a crown; it feels as if the flowers floated in a golden sweetish liquid (the orange blossom which adds freshness to the powdery amber is especially beautiful). The velvety  drydown, at times almost smoky -where woody notes of sandalwood and patchouli mingle with vanilla and benzoin– is truly dreamy.

Caro

Origin of sample: Sample courtesy of fellow blogger Kafka

Bvlgari Eau Parfumée au Thé Vert – Fresco al olfato, cálido en la piel

Té verde foto: Lipo-xr.info

Té verde                              foto: Lipo-xr.info

Au debouché es verde, dulce y atalcado. Una vez que toca nuestra piel, el Eau Parfumée au Thé Vert de Bvlgari se torna cálido y jabonoso. Esa cualidad tiene la virtud de envolver al olfato con una sensación única de frescura. Aunque en la piel se sienta almizclado, quien lo lleva se transporta al placentero y sublime momento en que sale de la ducha, en una tarde de verano.

Por orden de aparición, las notas de este eau de cologne unisex son: un limón muy dulce y ligeramente ácido, ensamblado con bergamota italiana para darle cuerpo. Las notas verdes y alegres del coriandro o cilantro juguetean con el dulzor especiado del cardamomo y la picantez perfumada de la pimienta.

Los acordes florales están dados por una mélange acuosa de rosasjazmines y notas muguet o lirio del valle. Y el ingrediente que le da el nombre a esta creación de Jean-Claude Ellena, el té verde, es lo que le da esa vitalidad la cual -a la vez- es relajante. Lo encuentro como aquello que necesitamos para mantener los ánimos en equilibrio, y eso no es algo que busquemos sólo en verano. Es una sensación necesaria -a veces más de una vez al día- todo el resto del año.

El almizcle, el sándalo y el cedro son para mí como hadas madrinas. Como notas base son una garantía del éxito, con ese toque extasiante que le dan a los perfumes (juntos o por separado). Casi todos los ingredientes del Eau Parfumée au Thé Vert (1992) se encuentran en uno de sus primos hermanos, Thé Pour Un Été de L’Artisan (1996). Después de haber conocido a ambos, nunca pude decidirme por un único favorito.

La recomendación que puedo dejar es: si viajan fuera de Argentina háganse con un frasco de este perfume de Bvlgari. Y si encuentran a su pariente de L’Artisan… ¡también!

Virginia

Origen de la fragancia: botella obsequiada por un familiar.

Nota: la versión original de esta reseña fue publicada en el blog Notas & Acordes el 10/04/12.

foto: Atouchofblusher.com

foto: Atouchofblusher.com

Hermès Eau Des Merveilles – Inmensidad enfrascada

foto: Blog.guedalia.com

foto: Blog.guedalia.com

Este eau de toilette lanzado en 2004, tiene una mística atrapante. El frasco muestra un cielo estrellado y un horizonte definido por hipnóticas ondulaciones (¿el océano o médanos de arena?). Y al rociar la piel con esta poción maravillosa de Hermès –creada por Nathalie Feisthauer y Ralf Schwieger- el encanto no se hace esperar.

Una frescura inusual, sin clichés -que mezcla cítricos con madera seca de cedro– abre de una forma sumamente adictiva. Sale primero la efervescente naranja, a cuya explosión se suman las chispas de la rasposa pimienta. Después surge, cual estrella fugaz, un dulce toque empolvado y floral.

En ese momento que seguimos buscando con el olfato a ese brevísimo destello de alguna flor, el sugerente ámbar comienza a brindar su calidez resinosa. Como si fuera el cielo, el cedro sigue de fondo, atraviesa toda la composición. Durante horas queda el sello de Eau des Merveilles en la piel.

Lo que me resulta sumamente intrigante de esta obra unisex es cómo transmite la sensación de estar caminando sobre la arena tibia mientras observamos el anochecer con la brisa marina en el rostro. El fulgor del sol escondiéndose detrás del océano.

Virginia

Origen de la muestra: obsequio de un familiar.

Nota: la versión original de esta reseña fue publicada en el blog Notas & Acordes el 29/03/12.

foto: Hermes.com

foto: Hermes.com

Olivier Durbano Rock Crystal – Cielo y tierra

foto: Commons.wikimedia.orgfotógrafo: JJ Harrison

foto: Commons.wikimedia.org
fotógrafo: JJ Harrison

Una noche de la semana pasada me reuní a cenar con viejos amigos. Era muy tarde, cuando tomé un taxi de regreso a casa. Al indicarle al chofer a dónde nos dirigíamos, contestó “Déjeme decirle que su perfume es muy rico. Lo noté en cuanto subió”. Me sentí un poco desconcertada, ya que había olvidado incluso de que me había aplicado perfume. Primero me devané los sesos, luego busqué dentro de mi bolso y encontré una muestra de Olivier Durbano Rock Crystal, la fragancia con la que me había rociado horas antes. “¿Este es el olor que dice usted?” pregunté mientras le alcanzaba el frasquito. “Sí, ese”. “¿Quiere que le ponga un poco?”. Y eso hice. Una nube radiante de incienso llenó el auto y de cierto modo pareció iluminar la noche.

Rock Crystal es parte de la colección Parfums de Pierres Poèmes creada por Olivier Durbano. Olivier, joyero de profesión, está familiarizado con las piedras, su simbología y las emociones que despiertan.

El cristal de roca o cuarzo hialino se conoce desde la antigüedad. Resultaba un material conveniente para tallar y, debido a su belleza límpida, era tratado como una gema. Los egipcios le atribuían propiedades esotéricas. Plinio el Viejo lo consideraba hielo que no podía derretirse.  Más tarde, durante la Edad Media, se utilizó especialmente en la creación de objetos religiosos.

El incienso ha encontrado uso ritual en muchas culturas a través de los siglos. El humo producido al quemar esta resina aromática elevaba las plegarias del pueblo a sus dioses.

Teniendo en cuenta que tanto el cristal de roca como el incienso son casi universalmente simbólicos de la unión entre los mortales y sus deidades, no sorprende que este perfume se construya en torno a esa nota.

Al oler Rock Crystal por primera vez, me resultó extrañamente familiar. Luego de algunos usos, me dí cuenta de que me recordaba al olor de la (relativamente) austera y despojada Iglesia de los Capuchinos, en Viena. Los recuerdos que guardo de mi visita son vagos, casi meramente olfativos. No había nadie más dentro de la iglesia. Los aromas del incienso y  maderas preciosas inundaban el lugar y jugaban con los rayos de sol invitando a la introspección.

Rock Crystal es potente y luminoso. En él se equilibra ligereza con terrosidad. Si el incienso sugiere sacralidad, entonces la robustez prestada por el sándalo y cedro corporizan lo terreno. Cualquier severidad posible se aclara con las notas de flor de naranjo, pimienta y cardamomo que convierten este perfume en algo alegre, si bien meditativo.

Caro

Origen de la muestra: Muestra gentileza de Olivier Durbano

foto: Olivierdurbano-store.com

foto: Olivierdurbano-store.com

Olivier Durbano Rock Crystal – Heaven and earth

One evening last week I had dinner with some old friends. It was very late when I took a taxi back home. When I told the driver where I was heading, he replied  “Let me tell you you smell wonderful. I noticed it as soon as you entered the car”. I felt a bit puzzled as I had forgotten I was wearing any scent at all. First I racked my brains, then I looked into my handbag and found a sample of Olivier Durbano Rock Crystal, the fragrance I had spritzed myself with hours earlier. “Is this the scent you mean?” I asked as I handed him the vial. “Yes, it is” “Shall I spritz you with some of it?” and I so I did. A radiant cloud of incense filled the car and somehow seemed to give illuminate the night.

Rock Crystal belongs to the Parfums de Pierres Poèmes collection created by Olivier Durbano. Olivier, a jeweller by trade, is well acquainted with the stones, their symbolism and the emotions they awake.

Rock crystal or  hialine quartz has been known since antiquity. It was a convenient material for carving and was treated like a gem due to its limpid beauty. The Egyptians attributed esoteric properties to it. Pliny the Elder  regarded it as ice that could not be melted.  Later, during the Middle Ages it was especially used in the creation of religious objects.

Frankincense has found ritual use in many cultures through the centuries. The smoke produced by the burning of this aromatic resin would elevate the prayers of the people to the gods.

Seeing that both rock crystal and frankincense are almost universally symbolic of the union between mortals and their deities, it won’t come as a surprise that this fragrance is constructed around that note.

When I first smelled Rock Crystal, I found it strangely familiar. After a few wearings, I realized it reminisced me of the smell of the (relatively) austere and unadorned Capuchin Church in Vienna. The memories I keep are vague, almost merely olfactory. There was no one else inside the church. The scent of incense and precious woods filled the place and played with the sun rays  inviting to introspection.

Rock Crystal (the fragrance) is luminous and powerful. It balances airiness and earthiness. If frankincense suggests sacrality, then the robustness lent by sandalwood and cedarwood embodies the terrene. Any sternness is brightened by notes of orange flower, pepper and cardamom, rendering this fragrance joyful if still meditative.

Caro

Origin of sample: Sample courtesy of Olivier Durbano

Sisley Eau du Soir – Recuerdos de una condesa

foto: Camina-conmigo.com

foto: Camina-conmigo.com

La historia de este chipre clásico nace con un recuerdo de la infancia.

Resulta que la cofundadora de la marca cosmética Sisley es una condesa, Isabelle D’Ornano. Su esposo, el conde Hubert D’Ornano, le regaló este perfume -parece que allá por la década del ’80. ¿Qué tenía de especial? En primer lugar, era único y personal: había sido diseñado para ella por su esposo y por la perfumista Jeannine Mongin. En segundo lugar, la composición giraba en torno a un aroma que a la condesa le recordaba los atardeceres de su infancia en España.

Se trata del aroma de la flor del arbusto de celinda (fr. selinga; ingl. sweet mock-orange, English dogwood) que se abre al caer el sol y desprende una fuerte y peculiar fragancia. Justamente, el nombre de la obra es Eau Du Soir (fr. agua de la tarde/noche) debido a que la celinda florece de noche. En la década siguiente el perfume comenzó a comercializarse a nivel mundial, en un frasco cuya tapa es una escultura de oro 18 K, realizada por Bronislaw Krzysztof.

La fragancia tiene un inicio cítrico agridulce de mandarina, pero la fuerte impronta floral de celinda no se hace esperar (lo que será el sello inconfundible de todas las demás versiones de Eau du Soir). Las florales notas medias se van encadenando, patchouli mediante. Iris e ylang ylangrosa y jazmín: una trama olfativa indiscutidamente elegante y sofisticada.

Los recuerdos de ese jardín español cierran con matices boscosos de cistus, madera de enebro musgo de roble. Una especie de arrobamiento casi imperceptible de ámbar y almizcle envuelve todo como acorde final. El intermitente toque áspero de la pimienta blanca prolonga la huella en la piel de este eau de parfum.

Virginia

Origen de la minitalla: regalo de un familiar.

Nota: la versión original de esta reseña fue publicada en el blog Notas & Acordes el 07/06/12.

foto: Tienda.tusperfumesycolonias.com

foto: Tienda.tusperfumesycolonias.com